CRÓNICA
El estadounidense Garry Winogrand (1928-1984) es uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX. Se caracteriza por ser pionero de la fotografía callejera, centrándonos en el período de Estados Unidos durante el final de la Guerra Mundial. A base de disparos rápidos y fotos honestas en las que aparecen niños, mujeres, hombres, animales, etc., en espacios casuales y sin equilibrio en sus encuadres es lo que hace de su fotografía algo único y especial.
Winogrand utiliza la fotografía para mostrar la sociedad americana en las distintas situaciones a las que se enfrenta; la crisis de los misiles en Cuba, la Guerra Fría, el nuevo orden mundial etc.; Dichas situaciones representadas en la cotidianeidad de la vida; no se busca la belleza de las fotografías, si no la captación de un instante que llegue a perdurar y de esta manera puedan llegar a nosotros momentos sucedidos en aquella época.
Según declaraciones, siente como si el mundo fuese un lugar para el que ha comprado una entrada, y nada sucedería a menos que él pudiese fotografiarlo.
Su trabajo fue expuesto en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York por primera vez y debido a su estilo y el contenido de sus fotografías se convierte en un hito de la década, llegándosele a catalogar como el fotógrafo central de dicho museo.
La retrospectiva más esperada de las calles americanas llega a Madrid. Tras 25 años de espera, la National Gallery of Art de Washington y su colaboradora, la Fundación MAPFRE, nos permiten acceder a más de 200 obras, divididas en tres secciones, que recogen lo más destacado de la fotografía de Winogrand.
La primera, “Bajando desde el Bronx”, en la que se aprecian imágenes desde 1950 hasta 1971 tomadas en la ciudad de Nueva York. En este periodo trata de reproducir los testimonios de una sociedad marcada por los acontecimientos del final de la Segunda Guerra Mundial. A través de su fotografía podemos ver los aspectos más cotidianos de la vida de los norteamericanos, sacando en la mayoría de los casos aspectos controvertidos que hacen pensar al espectador.
La segunda sección, “Un estudiante de Norteamérica”, mismo período pero distinto lugar: esta vez realizadas fuera de Nueva York. En este período decide salir fuera de su ciudad natal para recorrer mundo en busca de sensaciones que hicieran de su fotografía algo original y fiel a la realidad.
El nombre de esta sección se debe a como bien dice el autor, que podría decirse que es un estudiante de fotografía, aunque la realidad es que es un estudiante de Norteamérica.
Por último, “Auge y crisis”, donde se puede observar su producción tras su salida de Nueva York desde 1971 hasta su muerte. En esta etapa podemos apreciar que aunque la esencia de sus composiciones siempre ha sido la misma, están plagadas de un aire menos fresco, más triste, algo de lo que siempre se había alejado.
La exposición podrá visitarse desde el 25 de Febrero hasta el 3 de Mayo de 2015 en la sala de exposiciones Bárbara de Braganza, de la fundación MAPFRE, de forma gratuita.